Mapa de Visitantes

sábado, 8 de septiembre de 2012


Cuando una persona es abandonada por la pareja a la que ama, en su cerebro se pone en marcha una actividad neuronal similar a la que producen las adicciones. Investigadores estadounidenses que analizaron qué sucede en el cerebro de personas que habían roto con sus novios y esposos, hallaron que el desamor activa las regiones cerebrales relacionadas con el anhelo y las adicciones.
Según los científicos, este descubrimiento sugiere que el romanticismo es una "adicción natural", tanto cuando nos hace felices como cuando nos hace infelices.
De acuerdo con los expertos, el rechazo en una relación romántica causa un profundo sentimiento de pérdida y dolor que puede llegar a afectar hasta tal punto que provoque una depresión clínica y, en casos extremos, incluso el suicidio o el homicidio.
Para identificar los sistemas neuronales relacionados con este estado natural de pérdida, los científicos utilizaron una tecnología conocida como exploración de resonancia magnética funcional (IRMf), un procedimiento que permite mostrar en imágenes las regiones cerebrales que ejecutan una tarea determinada.
Los hombres y mujeres estudiados habían sido recientemente abandonados por sus parejas, pero que aún se sentían profundamente enamorados de ellas. Se les mostraron fotos de las exparejas y, alternativamente, también fotos de familiares. Las reacciones de los voluntarios ante las fotos de sus antiguos amores fueron diversas: amor, desesperación, buenos y malos recuerdos, y angustia ante la pregunta de por qué se había acabado la relación.
Entretanto, su actividad neuronal fue observada con la IRMf. Así, se pudo comprobar que, cuando los participantes veían fotografías de sus ex, además de sus sentimientos, también se activaban distintas áreas del cerebro con funciones muy concretas, vinculadas en particular con la sensación de placer, felicidad, adicción y miedo.
Además, al ver la foto de sus exparejas, la actividad neuronal de los participantes se vio incrementada en la corteza insular o ínsula y en la corteza cingulada anterior, relacionadas ambas con el dolor físico y con la angustia.
Los investigadores señalan que los datos recopilados, sumados a otros datos recogidos en un estudio anterior, realizado en 2005 por científicos de diversas universidades de Estados Unidos con individuos que estaban viviendo relaciones amorosas felices, sugieren que la vía mesolímbica cerebral estaría implicada en la pasión romántica, independientemente de si el amor nos hace o no dichosos.
La vía mesolímbica es una de las vías dopaminérgicas en el cerebro (de generación de dopamina, la hormona del placer). Se sabe que esta vía está asociada con la modulación de las respuestas de la conducta frente a estímulos de gratificación emocional y motivación, es decir, que es el mecanismo cerebral que media la recompensa y que influye, por tanto, en las adicciones.
De acuerdo con los investigadores, el amor romántico, tanto en circunstancias felices como en situaciones infelices, puede ser considerado una "adicción natural", cuya ausencia produce dolor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario