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jueves, 30 de agosto de 2012

Hallan dos dinosaurios con el estómago lleno de dinosaurios.


Los fósiles datan de hace unos 125 millones de años y fueron hallados en China. Murieron sin haber culminado la digestión
Un Sinocalliopteryx comiéndose a un pariente del velocirraptor (derecha) y a un pájaro primitivo Confuciusornis (izquierda)
Un Sinocalliopteryx comiéndose a un pariente del velocirraptor (derecha) y a un pájaro primitivo Confuciusornis (izquierda) 
Un día de hace 125 millones de años, dos dinosaurios feroces, del tamaño de un lobo, de unos dos metros de longitud, caminaban satisfechos. Habían tenido un buen día de caza y tenían el estómago lleno. Uno de ellos había devorado incluso a un Sinornithosaurus, un pariente alado de los temibles velocirraptores, que comía carne y, probablemente, era capaz de volar o planear durante unos metros. Sin embargo, algo les sucedió a estos dos individuos, de la especie Sinocalliopteryx gigas, que les impidió disfrutar del todo su festín. Ambos murieron antes de completar la digestión.

Gracias a su infortunio, ahora, un grupo de paleontólogos de la Universidad de Alberta en Canadá y de la Academia de Ciencias Geológicas de China ha podido encontrarlos y obtener mucha información sobre cómo se alimentaba su especie y qué manera tenían de cazar. En el interior del primer individuo, hallado en la provincia china de Liaoning en 2007 y que dio nombre a la especie, se encontró fosilizada parte de la pierna de un Sinornithosaurus, un dinosaurio de la familia de los Dromaeosauridae (lagartos corredores). Entonces, aunque no es posible precisar sin discusión si estos animales eran carroñeros o cazadores, los investigadores consideraron los restos evidencia de un estilo de vida depredador.

Ahora, en un estudio publicado en la revista PLoS, los paleontólogos chinos y canadienses añaden información que parece reforzar la hipótesis de que los Sinocalliopteryx cazaban. Además de analizar de nuevo los restos encontrados en el vientre del primer espécimen, dan cuenta del hallazgo de un segundo que, además, contiene restos fosilizados de dos Confuciusornis, un tipo de pájaro primitivo, y de otro animal que podría ser un Psittacosaurus (lagarto loro), pero que no puede ser identificado con seguridad.

Los restos del festín de estos animales y su grado de descomposición han inclinado a los científicos a pensar que los Sinocalliopteryx eran depredadores y no carroñeros. La presencia de dos “pájaros” Confuciusornis, relativamente fáciles de digerir, en el estómago de uno de los dinosaurios en un estado similar de descomposición, se explica mejor asumiendo que fueron cazados de forma selectiva y consecutiva que pensando que el animal se encontrase dos cadáveres de forma casi simultánea.

FUERTES Y SIGILOSOS

Si se asume que los Sinocalliopteryx eran depredadores, los fósiles chinos cuentan también alguna cosa más sobre su forma de cazar. Por un lado, el tamaño del trozo de pierna de una de las víctimas, el familiar del velocirraptor, correspondería a un individuo de casi un metro de longitud. Estos dinosaurios serían capaces por lo tanto de capturar y devorar a otros carnívoros de gran tamaño, poco menos que la mitad del suyo.

Los ejemplares murieron posiblemente atrapados por las cenizas de un volcán

Por si fuera poco, a la fuerza para vencer a otros grandes predadores, los Sinocalliopteryx debían añadir una extraordinaria habilidad para atrapar a los voladores Confuciusornis. Con plumas, pero incapaces de volar o de trepar a los árboles, debían contar con el sigilo necesario para acercarse a su presa sin que esta se percatase y emprendiese el vuelo. En este sentido, este dinosaurio contaba con que aquellas aves primitivas no estaban tan bien adaptadas al vuelo como las actuales y requerían más tiempo para despegar y huir.

Mucho menos conocido que el velocirraptor, este último hallazgo parece confirmar al Sinocalliopteryx como uno de los grandes cazadores de su época y se reivindica con un enfrentamiento directo con uno de los familiares del primero. “Es la primera evidencia directa de un raptor convirtiéndose en la comida de otro depredador”, asegura Scott Persons, investigador de la Universidad de Alberta y coautor del estudio. Su ferocidad, no obstante, no pudo salvarlos de la muerte que, posiblemente, fue provocada por un volcán. Según cuenta Persons, fueron hallados entre sus cenizas que conservaron los restos del dinosaurio hasta que los paleontólogos los encontraron.

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