Se realizó uno de los más grandes hallazgos del siglo XXI, al encontrar que los moáis que se encuentran en la Isla de Pascua tienen cuerpos con inscripciones grabadas; una pista más para conocer a la cultura antigua que los creó.
Los moáis son cabezas gigantes que se encuentran en la isla Rapa Nui o isla de Pascua, como fue bautizada. Uno de los destinos turísticos más visitados de Chile, nación a la que pertenece, pues estas esculturas ya son parte del Patrimonio de la Humanidad, desde 1995, cuando fueron declaradas por la Unesco.
Sin embargo, hasta hace apenas un tiempo, se creía que se trataba sólo de eso, de esculturas de cabezas, pero no es así, hay algo más. Resulta que investigadores privados hicieron uno de los hallazgos más grandes del siglo XXI: los moáis tienen cuerpo.
Sí, un equipo de investigadores se dedicó a cavar y encontró los cuerpos de los moáis, que están dispersos por toda la isla, explica ablturismo.com. Uno de los más grandes misterios descubiertos, pues no se conocía mucho de ellos, más que son 600 y están labrados en piedra toba del volcán Rano Raraku, así como que existen alrededor de 400 más que quedaron incompletos, como si hubieran sido abandonados de improvisto.
Se conoce también que estas enormes cabezas que se encuentra una detrás de otra, mirando a un punto en el cielo, llevaban sombreros hechos también de piedra, pero de una roca roja extraída del volcán el Puna Pau y que en las cavidades oculares llevaban placas de coral para simular los ojos; esto se descubrió hace apenas 30 años.
Entonces, ¿qué secreto esconden? Además de encontrar sus cuerpos completos: brazos, manos, sexo, piernas, se descubrió que uno de los moáis tiene inscripciones talladas en todo el cuerpo, petroglifos, pero aún no se sabe nada a detalle, pues se siguen investigando.
La pregunta es: ¿los cuerpos de los moáis fueron enterrados a propósito? No se conoce mucho sobre la civilización antigua que los creó, pero existen diferentes teorías respecto al origen y significado de estas esculturas.
Una de ellas dice que el poblado destruyó su civilización al construir los moáis, pues consumieron todos los recursos de la isla, lo que produjo la extinción de las aves y otros animales, lo que a su vez llevó a la escasez de alimentos y esto a una guerra que acabó con ellos.
Esta hipótesis es considerada puesto que los moáis se encuentran dispersos en toda la isla y se cree que trataban de trasladarlos y que la guerra provocó su abandono.
Otra teoría sugiere que la isla fue sacudida por un tsunami; una ola gigantesca que terminó por enterrar a los moáis, dejando únicamente su cabeza al descubierto y provocando la desaparición de la población.
Mientras tanto, científicos continúan descubriendo más sobre estos gigantes hombres de cantera que se encuentran en la isla más sitiada de la polinesia, la cual mide alrededor de 150 kilómetros cuadrados y tiene más de 6 mil habitantes.
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