Una mención especial del Meridiano de Oro al Atleta del Año fue otorgada al corredor Maickel Melamed. Su hazaña de terminar la más reciente edición del Maratón del Nueva York, se ha convertido en un ejemplo de vida y en una bandera para hacer trascender su mensaje de “sí lo sueñas, haz que pase”. La directiva del Bloque DEARMAS, presidida ejecutivamente por Daniel de Armas, entregó el galardón a Melamed, en un emotivo acto en el que también estuvieron presentes Martín de Armas Armas, vicepresidente de publicidad, y Armando de Armas III, vicepresidente de Meridiano Televisión.
“Este Meridiano de Oro es un reconocimiento no al atleta, sino al ser humano”, comentó Daniel de Armas. ”Que este sea el comienzo de muchas más aventuras que nos mantengan despiertos”.
A Melamed –quien sufre de problemas motores– le tomó más de 15 horas hacer el recorrido de 42.125. Su llegada a la meta en Central Park, fue a las 11:50 pm del domingo 6 de noviembre. Este eterno luchador había comenzado a hacer realidad su sueño a las 8:50 de la mañana junto a un equipo multidiciplinario y multimediático. “El maratón” de Melamed fue transmitido por USTREAM y Twitter simultáneamente, lo que generó mayor expectación con cada paso que daba hacia la meta.
UN PREMIO DE TODA VENEZUELA
“Estoy orgulloso de recibir este premio pero no en mi nombre, sino en el nombre de todos los atletas de Venezuela”, agradeció Melamed. “Meridiano ha sido parte importante de la historia deportiva de nuestro país y me siento muy orgulloso”.
Venezuela entera fue parte de esta misión, que Maickel, se planteó hace casi ya tres años.”Fueron muchos no, pero no nos dejamos vencer”, confesó este caraqueño de 36 años.
Melamed describió lo complicado de cumplir el recorrido del clásico neoyorquino de carreras de calle. En el kilómetro 20 se lesionó una rodilla y conforme pasaban las horas, el frío y las avenidas abiertas ya al tránsito automotor, le pusieron las cosas cuesta arriba. "Pero no importaba cuánto doliera. No importaba cuánto tiempo nos tomaría, no importaban el esfuerzo ni el cansancio. Lo íbamos a terminar. Lo íbamos a culminar porque había mucha gente esperando a cumplir este sueño con nosotros".
"No llegó un hombre a la meta", aclara Maickel. "A la meta llegó un mensaje".
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