La reina de Inglaterra se enfureció al conocer que los policías de en el palacio de Buckhingham se comían sus frutos secos.
El juicio por las escuchas ilegales del editor de real del diario británico News of the World, Clive Goodman, ha sacado a la luz un hecho cuanto menos divertido. El suceso data del año 2005, en concreto de los momentos previos a la boda del príncipe Carlos y Camila, cuando multitud de de policía se encontraban de servicio en el palacio de Buckhingham.
Según se ha podido conocer a través de un correo electrónico enviado por Goodman al editor del hoy desaparecido periódico, Andy Coulson, la reina entró en cólera al percatarse de que los policías habían estado dando cuenta de los cacahuetes y demás aperitivos que esta tenía repartidos por la casa.
"La reina está furiosa porque la policía ha robado frutos secos de los cuencos que había en el pasillo del palacio. Le gusta lo salado por lo que le habían dejado anacardos, almendras, etc", escribió.
El gusto de la monarca por este tipo de aperitivos llegaba hasta tal punto que incluso medía la cantidad de frutos secos que había en cada uno de ellos para estar segura de que desaparecían.
"Empezó a marcar los cuencos para ver lo que se comían. El problema es que los policías cuando patrullan comen mucho. Se ha hecho un aviso a todos los guardias del palacio de que mantengan sus manos alejadas de los cuencos de la reina", continuaba el correo electrónico.
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